Pastorear es mucho más que dirigir o vigilar; implica cuidar, guiar y proteger a nuestros hijos con amor y dedicación. Se basa en la formación a través del diálogo y el ejemplo.
Gálatas 6:1-3
Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante.
En lugar de centrarnos únicamente en el comportamiento observable del estudiante, debemos profundizar en su interior: comprender las motivaciones, emociones, creencias y valores que inspiran sus acciones. El verdadero aprendizaje y transformación se dan cuando trabajamos en el “porqué” de su conducta, no solo en el “qué”.
Maneras de llegar al corazón de los estudiantes
- Apelando a la identidad en Cristo
- Apelando a la paternidad de Dios
- Apelando a la conciencia
- Apelando a la obra del Espíritu Santo (amor, misericordia, perdón)
- Apelando a la identidad en Cristo
Cuando una persona entiende que es hija de Dios, ya no actúa por miedo o por reglas externas, sino porque su ADN espiritual ha sido cambiado. Jesús dijo:”El que me ama obedecerá mi enseñanza” (Juan 14:23, NTV).
No se trata de “forzarse a ser bueno”, sino de vivir desde una nueva identidad donde hacer lo bueno es natural.- Seven Heart
- Detección del Comportamiento Disruptivo:
- Observa y registra en el observador los incidentes en los que se presentan comportamientos disruptivos.
- Identifica el momento adecuado para realizar el diálogo.
- Diálogo Individual (5-10 minutos):
- Acercamiento Empático:
Inicia la conversación en un ambiente tranquilo y sin juicios. Por ejemplo:
“Como nos enseña Romanos 12:15 (Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran), es importante compartir lo que sentimos, tanto los buenos momentos como los difíciles. He notado que hoy te sientes un poco fuera de lugar; ¿te gustaría conversar un poco sobre cómo te sientes?“ - Reconocimiento de la Identidad: Invita al estudiante a recordar y valorar su identidad como hijo/a de Dios:
“Quiero recordarte que eres una persona valiosa, con una identidad especial y única. Como dice 1 Juan 3:1, ‘¡Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!’ Esto significa que llevas en ti una fuerza transformadora. Reconocer tu identidad como hijo/a de Dios te da la capacidad de transformar tus acciones desde adentro, haciendo que actuar con bondad y respeto sea algo natural en ti.”
Dependiendo el asunto se puede abordar desde la identidad que se fortalece con el cumplimiento de los 10 mandamientos. - Aplicación: Conecta el cambio de comportamiento con el cambio del corazón:
Ezequiel 36:26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.
“Cuando comprendemos nuestro verdadero valor, actuamos no por miedo o por obligación, sino desde un amor y un compromiso interno. Ezequiel 36:26 nos recuerda que Dios nos ofrece un corazón nuevo y transformado. ¿Qué crees que cambiaría en tu día si actuases desde ese nuevo interior?”
Anima al estudiante a identificar un pequeño paso que refleje ese cambio:
“¿Qué acción concreta podrías tomar hoy para demostrar ese compromiso contigo mismo y con los demás?” - Compromiso: Finaliza el diálogo invitándolo a un compromiso personal:
Santiago 1:22 No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.
“Me gustaría que experimentes cómo es actuar desde este nuevo corazón, siendo un hacedor de la palabra, poniendo en práctica lo que hemos conversado. ¿Te animas a intentarlo y luego hablamos de cómo te fue? - Seguimiento y Retroalimentación: Programa breves encuentros en días posteriores para reconocer avances o ajustar estrategias. Anima al estudiante a expresar sus experiencias y sentimientos respecto a los cambios en su comportamiento. Registrar en el observador.
- Acercamiento Empático:
- Detección del Comportamiento Disruptivo:
- Los Diez Mandamientos desde la Identidad en Cristo
Los Diez Mandamientos pueden entenderse desde la identidad en Cristo, no como reglas externas impuestas, sino como la expresión natural de una nueva naturaleza. No se obedecen por miedo o castigo, sino porque reflejan quiénes somos en Dios.
1. “No tengas otros dioses aparte de mí” (Éxodo 20:3)
Eres hijo de Dios, tu identidad está en Él, no en el dinero, el éxito o las personas.
No sigues otros dioses porque tu seguridad y plenitud están en el Padre.
2. “No te hagas ningún ídolo ni lo adores” (Éxodo 20:4-5)
Eres imagen de Dios, no necesitas imágenes ni sustitutos.
Adoras a Dios en espíritu y en verdad porque eres un adorador genuino.
3. “No uses el nombre del Señor tu Dios en vano” (Éxodo 20:7)
Eres un embajador de Cristo, representas su nombre con honor.
No usas su nombre en vano porque tu hablar refleja tu relación con Él.
4. “Acuérdate del día de descanso para santificarlo” (Éxodo 20:8)
Eres un hijo que descansa en la provisión de Dios. Eres libre.
No necesitas trabajar sin descanso porque confías en Dios como tu proveedor.
5. “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12)
Eres parte de una familia que Dios diseñó.
Honras a tus padres porque entiendes la importancia de la autoridad y la herencia espiritual.
6.“No asesines” (Éxodo 20:13)
Eres un portador de vida, no de muerte.
No destruyes vidas con palabras o acciones porque llevas el amor de Cristo.
7.“No cometas adulterio” (Éxodo 20:14)
Eres fiel porque tienes el carácter de Cristo.
No engañas a tu esposa o futuro cónyuge porque eres un líder que protege su hogar.
8. “No robes” (Éxodo 20:15)
Eres un administrador, no un usurpador.
No tomas lo ajeno porque confías en la provisión de Dios y eres generoso.
9. “No des falso testimonio contra tu prójimo” (Éxodo 20:16)
Eres veraz porque tu Padre es la Verdad.
No mientes porque tu identidad es la integridad.
10. “No codicies lo que es de tu prójimo” (Éxodo 20:17)
Eres pleno en Cristo, no necesitas compararte con otros.
No envidias porque sabes que Dios tiene un propósito único para ti.
Amar a Dios y mi prójimo: SOMOS AMADOS Y AMAMOS A LOS DEMAS - Diferencia entre la ley y la gracia en la transformación del corazón
- Seven Heart
Ley (Preescolar) | Gracia (Madurez) |
---|---|
Externa, escrita en piedra (Éxodo 31:18). | Interna, escrita en el corazón (Jeremías 31:33). |
Se obedece por miedo o recompensa. | Se obedece por amor e identidad. |
Muestra el pecado, pero no cambia el corazón. | Transforma el corazón desde adentro. |
“No harás” (prohibiciones). | “Serás” (identidad en Cristo). |
2. Apelando a la paternidad de DIOS
Así como es fundamental que nuestros estudiantes comprendan y vivan su identidad en Cristo, también es importante que acepten que son hijos amados por el Padre celestial. Este convencimiento transforma la manera en que se enfrentan a la vida, pues deja de basarse en reglas externas o en el temor al castigo, y se fundamenta en el amor incondicional y la autoridad benevolente de Dios.
La Escritura nos enseña que, al aceptar a Jesucristo, no solo adoptamos una nueva identidad, sino que también entramos en una relación íntima y transformadora con Dios como nuestro Padre. Versículos como 1 Juan 3:1 nos recuerdan:
“¡Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!”
Del mismo modo, Romanos 8:15 nos dice:
“Porque no habéis recibido un espíritu de esclavitud, sino de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
Estos pasajes nos muestran que, al ser adoptados, ya no somos meros observadores de la fe, sino que formamos parte de la familia de Dios. Este hecho nos otorga seguridad, consuelo y un modelo a seguir, pues nuestro Padre celestial se preocupa, cuida, disciplina y provee para nosotros, tal como lo haría un padre amoroso.
Seven Heart
- Acercamiento empático.
- Cuando un estudiante atraviesa momentos de duda, angustia o rebeldía, invitarle a meditar en la paternidad de Dios puede ser transformador. Algunas estrategias pueden incluir:
- Recordar el AMOR incondicional de Dios:
Invítale a meditar en versículos como Mateo 7:9-11, que nos recuerdan que si incluso los padres terrenales, a pesar de sus limitaciones, saben dar lo mejor a sus hijos, ¡cuánto más hará nuestro Padre celestial por nosotros!
9 »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar? 10 O si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no! 11 Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan. - Vivir la realidad de ser ADOPTADOS fomentando la comunión con el Padre:
Anímale a orar y a clamar “¡Papá, Padre!” para experimentar esa cercanía y seguridad que solo la comunión con Dios puede brindar. Este tipo de oración no se trata de formalidad, sino de un encuentro personal en el que se permite a Dios actuar en su corazón. - Discipular con AMOR:
Es importante entender que la disciplina del Padre celestial no es un castigo arbitrario, sino un acto de amor destinado a formarnos y acercarnos a su imagen (Hebreos 12:5-11). Así, cuando enfrentamos correcciones o dificultades, podemos verlas como parte del proceso de crecimiento que Dios, en su sabiduría, ha puesto en marcha para transformarnos.
¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo:
«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
y no te des por vencido cuando te corrige.
6 Pues el Señor disciplina a los que ama
y castiga a todo el que recibe como hijo».
7 Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? 8 Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino que son ilegítimos. 9 Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de nuestro espíritu, y así vivir para siempre[b]?
10 Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad. 11 Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.
- Recordar el AMOR incondicional de Dios: