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Necesidad ¿Por qué debo tener compasión?

La compasión es fundamental para reflejar el amor y la misericordia de Dios hacia los demás. Nos impulsa a actuar en favor de los necesitados y a mostrar el carácter de Cristo en nuestras vidas. 👉 Colosenses 3:12 “Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.”

Definición

La compasión es un profundo sentimiento de misericordia y empatía que nos lleva a aliviar el sufrimiento de otros, tal como Jesús lo hizo. 👉 Mateo 9:36 “Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.”

Argumentos

  • La compasión es un mandamiento de Dios.

👉 Miqueas 6:8 “¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno,

    y lo que él exige de ti:

que hagas lo que es correcto, que ames la compasión

    y que camines humildemente con tu Dios.”

  • La compasión refleja el corazón de Dios.

👉 Salmo 103:13

“El Señor es como un padre con sus hijos,

  tierno y compasivo con los que le temen.”

  • La compasión nos permite cumplir la ley de Cristo.

👉 Gálatas 6:2

“Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.”

Ejemplo de personajes

  • Jesús. Movido por la compasión, alimentó a la multitud. 👉 Mateo 14:14-21
  • El Buen Samaritano. Un ejemplo de compasión práctica al ayudar a un desconocido. 👉 Lucas 10:33-34

Antónimo: Indiferencia

La indiferencia nos aleja del propósito de Dios y nos endurece el corazón. No debemos cerrar nuestro corazón ante las necesidades de los demás.

👉 1 Juan 3:17 “Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?”

La indiferencia puede llevar a la falta de acción y a ignorar el sufrimiento de otros, lo cual contrasta con el ejemplo de Jesús, quien siempre actuó con compasión.

👉 Marcos 1:41 “Movido a compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó.

—Sí quiero—dijo—. ¡Queda sano!”

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