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20. Las Ramas del Poder Público en Colombia

El poder público en Colombia se organiza en tres ramas: Ejecutiva, Legislativa y Judicial. Esta división existe para evitar que todo el poder recaiga en una sola persona o institución, lo que podría llevar a abusos o injusticias. Cada rama tiene funciones específicas, y trabajan juntas para asegurar que el país funcione correctamente. La idea de distribuir el poder también está alineada con el ejemplo de Dios, quien en la Biblia asume los roles de juez, legislador y rey (Isaías 33:22). Así como Dios tiene diferentes funciones para gobernar a su pueblo de manera justa, el Estado colombiano ha dividido su poder para proteger los derechos de las personas y asegurar su bienestar.


En la Constitución Política de Colombia, Artículo 113, se establece que el poder público se divide en tres ramas que deben ser autónomas pero trabajar de manera coordinada. La rama Ejecutiva se encarga de hacer cumplir las leyes y gobernar el país. La rama Legislativa tiene la función de crear, modificar y aprobar las leyes. Y la rama Judicial se ocupa de aplicar las leyes y resolver los conflictos entre los ciudadanos o entre el Estado y los individuos.

Isaías 33:22 (NTV) afirma: “El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; él cuidará de nosotros y nos salvará”. Este versículo es clave para entender cómo Dios asume las tres funciones de gobierno. Primero, como juez, Dios administra justicia. Segundo, como legislador, Él establece leyes justas para guiar a su pueblo. Y tercero, como rey, Dios tiene la autoridad suprema para gobernar y cuidar de su creación.

En Jeremías 23:5 (NTV), Dios promete un rey justo que gobernará con sabiduría y hará lo que es correcto y justo. De la misma manera, en Colombia, las tres ramas del poder están diseñadas para trabajar en pro de la justicia y el bienestar de todos los ciudadanos.

El Artículo 2 de la Constitución de Colombia menciona que uno de los principales fines del Estado es “proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades”. Este mandato se alinea con la función divina de cuidar a su pueblo, mostrando cómo el gobierno está llamado a garantizar la seguridad y el bienestar de las personas, siguiendo un modelo de justicia, protección y cuidado similar al que Dios ejerce sobre sus hijos.

En resumen, la división del poder en tres ramas no solo garantiza que ningún individuo o grupo controle todo el poder en Colombia, sino que también refleja el orden divino que Dios estableció. Al igual que Dios cumple múltiples roles para cuidar y proteger a su pueblo, el gobierno de Colombia se ha organizado en ramas especializadas que, trabajando juntas, buscan el bienestar, la justicia y la paz para todos los ciudadanos.

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