Introducción
Un país donde cada comunidad tiene el poder y la responsabilidad de tomar decisiones que afectan directamente su vida diaria. Un lugar donde el gobierno no está concentrado en un solo punto, sino distribuido en varias capas, asegurando que las voces de todos sean escuchadas y respetadas. Este es el ideal de la descentralización del gobierno, un principio que se refleja tanto en la Constitución Política de Colombia de 1991 como en las enseñanzas bíblicas.
Principio de Proximidad del Gobierno
El gobierno debe ser mantenido tan cerca de la gente como sea posible. Esto puede lograrse con un gobierno nacional pequeño fortaleciendo el gobierno local y regional. Tal división de poderes será una protección en contra de la tiranía de la centralización, ya que esto permitirá la participación completa de las personas en el gobierno y lo mantendrá vigilante del flujo de poder de los oficiales del gobierno. El gobierno civil en una nación debe estar dividido en diferentes niveles (local, regional y nacional), y el poder de cada nivel debe estar claramente definido y ser soberano en cada área. Ningún nivel de gobierno debe usurpar la jurisdicción del otro, y la mayor parte del poder debe residir en el nivel local.
Limitación del Poder Nacional
El poder limitado del gobierno nacional debe ser definido claramente en la constitución. La constitución habilitará a las personas a supervisar el gobierno nacional. En un gobierno descentralizado, la constitución es suprema y no el partido nacional gobernante. La descentralización del gobierno promueve una administración más justa y efectiva, alineada con los principios bíblicos de justicia, equidad y participación comunitaria, así como con los fundamentos establecidos en la Constitución de Colombia.
Ejemplos Bíblicos de Descentralización
En la Biblia, vemos ejemplos claros de cómo Dios organizó a su pueblo de manera que el poder no estuviera concentrado en una sola entidad. En el Antiguo Testamento, Moisés fue aconsejado por su suegro, Jetro, para delegar responsabilidades y así evitar el desgaste (Éxodo 18:17-23). Esto no solo alivió la carga de Moisés, sino que también permitió que el pueblo participara más activamente en su propio gobierno.
En el Nuevo Testamento, la iglesia primitiva muestra un ejemplo de descentralización. Los apóstoles, reconociendo la necesidad de delegar, nombraron a diáconos para manejar ciertos asuntos administrativos, permitiéndoles concentrarse en la oración y en la predicación de la Palabra (Hechos 6:1-7).
Descentralización en la Constitución de Colombia
La Constitución Política de Colombia de 1991 también aboga por la descentralización. El Artículo 1 establece que Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista. El Artículo 287 reconoce a las entidades territoriales la autonomía para la gestión de sus intereses y la administración de los recursos conforme a la ley.
Advertencias Bíblicas sobre la Centralización del Poder
La Biblia advierte sobre los peligros de la centralización del poder. Cuando el pueblo de Israel pidió un rey para ser como las demás naciones, Dios les advirtió sobre las consecuencias negativas de tal decisión (1 Samuel 8:10-18). Un gobierno centralizado podría llevar a la opresión y a la pérdida de libertades, algo que se pudo observar a lo largo de la historia de Israel bajo algunos reyes despóticos.
Protección contra la Tiranía
Además, la división de poderes protege contra la tiranía. La historia bíblica de Nabucodonosor, quien centralizó el poder en Babilonia y se volvió tirano, nos muestra cómo Dios intervino para humillar a los poderosos que abusan de su poder (Daniel 4:28-37).
En Colombia, la Constitución de 1991 establece mecanismos para evitar la concentración excesiva del poder. El Artículo 113 señala que son ramas del poder público la legislativa, la ejecutiva y la judicial, y que sus funciones propias son separadas. El Artículo 209 asegura que la función administrativa está al servicio de los intereses generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones.
Conclusión
La descentralización del gobierno no es solo un ideal moderno, sino un principio arraigado en las Escrituras y reflejado en la Constitución Política de Colombia de 1991. Al mantener el poder cerca de la gente, distribuido en diferentes niveles de gobierno, se promueve la justicia y se evita la tiranía. Así como Dios organizó a su pueblo para que cada uno tuviera un papel y responsabilidad, nosotros también debemos abogar por un sistema de gobierno donde cada nivel de autoridad sea respetado y ningún nivel de gobierno usurpe la jurisdicción del otro.
Palabras Clave
Descentralización: Distribución del poder y la autoridad a niveles más bajos y cercanos a la gente.
Jurisdicción: Ámbito de autoridad o control de una entidad o gobierno.
Tiranía: Gobierno opresivo y abusivo, caracterizado por la centralización del poder en una sola entidad o persona.
Preguntas
Literal: ¿Qué consejo dio Jetro a Moisés sobre la gestión del pueblo? (Éxodo 18:17-23)
Inferencial: ¿Cómo podría la descentralización del gobierno ayudar a evitar la tiranía?
Crítica: ¿Qué lecciones contemporáneas podemos aprender de la advertencia de Dios sobre la centralización del poder en 1 Samuel 8:10-18 y cómo se relaciona esto con la Constitución Política de Colombia de 1991?